¿Quién no querría aprovechar al máximo los años de juventud, disfrutar de la libertad, la independencia, la locura? Por desgracia, algunas personas no pueden hacerlo por culpa de un molesto obstáculo: el acné. Puede hacer que perdamos la confianza en nosotros mismos, que nos encerremos en las cuatro paredes de nuestra propia habitación y esconder nuestro rostro a un mundo, que nos juzga con dureza. Aunque, en lugar de ceder y aceptar que el acné debe controlar nuestras vidas, alimentando pensamientos y preocupaciones destructivas, es mejor tomar las medidas apropiadas y eliminar el problema. Para que nuestra lucha por conseguir una piel bonita y perfecta sea un éxito, debemos aprender a prepararnos adecuadamente para vencer al enemigo.
¿Qué es el acné y cómo aparece?
El acné es cualquier tipo de cambio producido en la piel como granos, espinillas y puntos negros. Son provocados por la bacteria Propionibacterium acnes, que se alimenta del sebo presente en nuestra piel. Los glóbulos blancos, responsables de la inmunidad, detectan su presencia y dañan el folículo que producen causando inflamación. Las personas con piel propensa al acné suelen producir un exceso de sebo que se ve bloqueado por la acumulación de células epidérmicas muertas. De esta forma, las bacterias disfrutan de una dosis constante y fresca de alimento, que favorece su reproducción. En ocasiones, las bacterias penetran a través de la capa externa de la piel y provocan una inflamación aún mayor. Sus síntomas son enrojecimiento, pústulas llenas de pus y nódulos. Y lo que es aún peor, la inflamación no desaparece por sí sola. Hay que buscar un producto adecuado que ayude a deshacerse del problema al 100%. En el mercado podemos encontrar una gran variedad de productos, y es por ello por lo que nuestra redacción ha desarrollado un ranking de pastillas contra el acné que te ayudará a descubrir cuáles son los mejores preparados.
¿Cómo combatir el acné?
Elegir el producto adecuado no es tan fácil como pudiera imaginarse. No todos los ingredientes de cremas, ungüentos y pastillas combaten el problema y al mismo tiempo tienen un efecto calmante. En primer plano aparecen todos los derivados de la vitamina A, los retinoides. Bloquean la formación de espinillas y reducen la exfoliación de las células epidérmicas muertas. También cumplen un papel muy importante los ingredientes que limitan la aparición de estados inflamatorios o inhiben y nivelan los que ya han aparecido. Estos son, por ejemplo, el peróxido de benzoilo, el ácido azelaico, los antibióticos como la tetraciclina, la eritromicina, la clindamicina y otros.
Si sus lesiones cutáneas no son extensas, puede buscar remedios caseros de combatir el problema. Al usar estos métodos tenemos la seguridad de que son completamente seguros y no provocan ninguna reacción alérgica, lo que podría ocurrir con los ingredientes sintéticos. Entonces, ¿cuál elegir? Un método interesante es el uso de la aspirina. Basta con desmenuzar unas cuantas pastillas y disolverlas en una pequeña cantidad de agua tibia, para luego aplicar el conjunto durante unos 20 minutos. Un método muy popular es elaborar una mascarilla a base de levadura fresca, además de miel y zumo de limón. También vale la pena recordar las infusiones de hierbas que pueden hacer maravillas. Dependiendo de lo que necesitemos, podemos utilizar la calmante manzanilla, con propiedades antibacterianas, la milenrama común o la alchemilla.
Despídete del acné para siempre
La lucha contra el acné suele ser bastante tediosa, lleva mucho tiempo y, en muchos casos, no proporciona resultados satisfactorios. Para garantizar que las pústulas y los puntos negros quedan en el olvido, vale la pena utilizar productos de confianza. Una buena opción es utilizar preparados específicos como Derminax o Nonance. La gran eficacia de este tipo de medicamentos viene determinada por su modo de acción, desde el interior. No sólo eliminan los síntomas, sino que también combaten la causa del acné, es decir: reducen la cantidad de sebo secretado al bloquear las glándulas sebáceas, poseen efectos antiinflamatorios, desbloquean los poros, regulan el nivel de hormonas. Gracias a ello, eliminan los cambios cutáneos existentes y evitan la formación de otros nuevos. Son eficaces independientemente del tipo de acné con el que lidiemos, ya que las pruebas clínicas confirman que son capaces de combatir cada uno de ellos. Otra gran ventaja es que únicamente contienen ingredientes naturales como: trébol rojo, ortiga, cola de caballo, extracto de pepitas de uva, cobre, zinc y vitamina C. Estos componentes son completamente seguros, no causan efectos secundarios y, lo más importante, ayudan a combatir los cambios producidos por el acné de una vez por todas.
Suplementos dietéticos para el acné – Ranking
DERMINAX ™ –¡despídete del acné para siempre!
DERMINAX ™ garantiza que, bastan tres pasos para lograr una tez completamente nueva, suave e impecable de la que nunca más te avergonzarás.
Las pastillas para combatir el acné Nonacne son un producto natural exclusivamente a base de ingredientes naturales. Nonacne combate eficazmente todo tipo de acné, independientemente de las causas de su aparición. Gracias a él, ¡recuperarás al fin un cutis sano y bello!
ClearPores® – sistema de 3 ingredientes contra el acné
ClearPores® Herbal Supplement utiliza los métodos más reconocidos en naturopatía para ayudar a regular las hormonas, ayudar a limpiar el cuerpo de productos metabólicos y toxinas, mantener un riego sanguíneo adecuado, purificar el hígado, mantener la pureza de la sangre a un nivel normal y ayudar a regular la digestión. ¡Mantiene el equilibrio interno de las funciones relacionadas con las causas más comunes del acné!
Mallon, E., et al. «The quality of life in acne: a comparison with general medical conditions using generic questionnaires.» British Journal of Dermatology 140 (1999): 672-676. «Skin diseases such as acne are sometimes thought of as unimportant, even trivial, when compared with diseases of other organ systems. To address this point directly, validated generic questionnaires were used to assess morbidity in acne patients and compare it with morbidity in patients with other chronic diseases. For 111 acne patients referred to a dermatologist, quality of life was measured using the Dermatology Life Quality Index, Rosenberg’s measure of self-esteem, a version of the General Health Questionnaire (GHQ-28) and the Short Form 36 (SF-36). Clinical severity was measured using the Leeds Acne Grade. Population quality of life data for the SF-36 instrument were available from a random sample of adult local residents (n = 9334) some of whom reported a variety of long-standing disabling diseases. All quality of life instruments showed substantial deficits for acne patients that correlated with each other but not with clinically assessed acne severity. The acne patients (a relatively severely affected group) reported levels of social, psychological and emotional problems that were as great as those reported by patients with chronic disabling asthma, epilepsy, diabetes, back pain or arthritis. Acne is not a trivial disease in comparison with other chronic conditions. This should be recognized in the allocation of health care resources.«
Williams, Hywel C., Robert P. Dellavalle, and Sarah Garner. «Acne vulgaris.» The Lancet 379.9813 (2012): 361-372. «Acne is a chronic inflammatory disease of the pilosebaceous unit resulting from androgen-induced increased sebum production, altered keratinisation, inflammation, and bacterial colonisation of hair follicles on the face, neck, chest, and back by Propionibacterium acnes.«
Cunliffe, William James, and D. C. Seukeran. «Acne.» European Handbook of Dermatological Treatments. Springer Berlin Heidelberg, 2000. 3-10. «Acne vulgaris is the most common disease involving the pilosebaceous unit. It is rarely misdiagnosed. It occurs at the site where there are sebaceous follicles and thus occurs predominantly on the face, back and chest. It occurs in all races and affects both sexes. The onset of acne is usually in early adolescence and affects up to 80% of all individuals. The milder physiological acne which affects many adolescents will last for 4 or 5 years, but the more clinical varieties will last for 12, and sometimes even 40 or 50 years.«
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